De destinos y lugares

<< Su madre le miró fijamente, como si le leyese el pensamiento.

"Fue la tierra, las montañas, no se. Quedé atrapada en los marcos de las puertas infranqueables del destino, supongo- le dijo una vez más , mientras saboreaba la manzana asada, mojando su dedo en el almíbar templado. ¿Y qué importa ya por qué lo hice? Encontré mi lugar en el mundo y en la vida –dijo, para zanjar sus indagaciones. Preocúpate de ti ahora, encuentra tu lugar, "tu sitio" y luego busca cómo sobrevivir para permanecer en él, si eso es lo que quieres y si no, sigue caminando, no hay prisa por llegar a ninguna parte."

En esto, al igual que en muchas otras cosas, no coincidía con su madre. Ella era nómada. Nada le resultaba más placentero que precisamente eso, no permanecer. >>

Yo, llamada Jimena I. Presérveme Dios del castigo