Hace un año
- xanalosada
- 15 abr 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 24 abr 2022
Fue en abril, hace un año, cuando tras 13 meses de haber finalizado la segunda parte de #yollamadajimena me atreví a publicarla, me lo pensé mucho. La tenía lista en marzo de 2020, y entonces comenzó la pandemia. Los que habéis leído esta historia seguramente imagináis porque me pareció inoportuno publicar en 2020. Esta novela narra historias de vida inventadas, pero inspiradas en las reflexiones que el transcurrir de mi vida y de las personas que me rodean me inspira. Muchas de esas reflexiones están relacionadas con mi trabajo, otras con mis viajes…otras por conversaciones con “desconocidos” que me escogen como “escuchadora de sus cabilaciones”, pero sobretodo están inspiradas en personas que ya no están vivas. Crecí en una Aldea rodeada de personas muy ancianas que poblaron mi infancia con auténticos “cuentos” de superación, de arrepentimiento, de alegria o de terribles derrotas, siempre unidas a la aceptación o a la resignación de lo ya pasado, lo ya vivido, lo ya perdido.
Esta semana además de reencontrarme con mis paisajes preferidos, el café de mi madre y las montañas que custodia mi infancia, he tenido un encuentro muy bonito con algunas personas, mujeres la mayoría, que alrededor de un café han querido indagar un poco más en este relato y supongo que también en su autora. Sus comentarios y preguntas terminan llevándome a otros viajes, a otras ideas, incluso a cambiar mi esquema general de la historia. Y estoy agradecida. Agradezco seguir siendo “permeable” -incluso en mi mundo imaginario - a la sensibilidad y las emociones de los que me acompañan en este gran viaje que es “vivir”
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