Los hados implacables y el hilo de la vida
- xanalosada
- 15 jul 2021
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En el epitafio de Ximena Muñiz, se nombra a ”los hados implacables que todo lo pulverizan”, los que además hacen pagar el “mortal tributo”. Está claro que no fue ella quien pidió escribir este epitafio, pero aun hoy, años y años después al volverlo a leer sigue gustándome la cadena de palabras que me transportan a la mitología grecorromana anterior.
En la mitología griega, Caronte, hijo de la noche (Nix) y de las sombras (Érebo), era el barquero encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos a través del rio Aqueronte ( rio de dolor) hacia el Hades, donde permanecerían por toda la eternidad. Además el barquero podía navegar por otros ríos del inframundo, asi podia transitar por Cocito, el río de los lamentos; Flegetón, el río del fuego; Lete, el río del olvido; y Estigia, el río del odio.
Caronte tenia muchos hermanos Moros, el Destino; Ker, la Perdición; Tánatos, la Muerte; Hipnos, el Sueño; Geras, la Vejez; Ezis, el Dolor; Apate, el Engaño; Némesis, el Castigo merecido; Eris, la Discordia; Filotes, la Ternura; Momo, la Burla; las Hespérides, Hijas de la Tarde; los Oniros, los Sueños; las Keres, los espíritus de la destrucción y la muerte; pero quizás las más cercanas a ”los hados implacables” citados en el epitafio sean ”las moiras” hermanas también de Caronte.
La palabra griega Moira significa indistintamente ‘destino', ‘parte', ‘lote' o ‘porción', en referencia a su función de repartir a cada mortal la parte de existencia y de obras que le corresponden en el devenir del cosmos. Eran ellas las encargadas de controlar el metafórico hilo de la vida de cada persona, desde el nacimiento hasta la muerte, incluso en el Hades, por toda la eternidad.
Normalmente se les representa como tres mujeres:
Κλωθώ, (cloro) la ‘hilandera’) encargada de hilar la hebra de vida. Λάχεσις (Lámesis), ‘con su vara medía la longitud del hilo de la vida. Ἄτροπος,(Atropos) su nombre literalmente significa ‘que no gira’, era quien cortaba el hilo de la vida cuando llegaba su momento.
Las crónicas medievales desde el siglo XII, Chronicon Regum Legionensium de Pelayo de Oviedo, la Chronica Adefonsi Imperatorsis, la Crónica Najerense, entre otras) señalan a Ximena Muñiz como concubina del rey Alfonso VI. Los “hados” jugaron con su suerte y aunque en algún momento de esa relación rozó la posibilidad de reinar, a pesar de su noble estirpe y su condición de madre de las infantas Elvira y Teresa finalmente no lo logró. Las fuentes documentales borraron cualquier referencia a su relación con el rey. Aún así, a través de esas mismas fuentes obtenemos información sobre sus propiedades y su papel como tenente del Ulver, en el Bierzo, entre los años 1093 y 1108. Según el epitafio murió en 1128, diecinueve años más tarde que el monarca Alfonso VI.
Subida a una de las torres del castillo de Cornatel, construido supuestamente sobre el castillo de Ulver, morada en el siglo XI de Ximena Muñiz, me he preguntado bromeando, qué deparan para mi “Los hados implacables, ésos que todo lo pulverizan”. ¿Y tú, te lo preguntas alguna vez?
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